Están recibiendo atención últimamente las personas que tras haber “transicionado” (es decir, tras una reasignación de sexo) experimentan alguna forma de insatisfacción o arrepentimiento y reclaman (consiguiéndolo, por lo general, según parece) una re-reasignación a su sexo original. Sobre la materia, como sucede en torno a todo lo que tiene que ver con el fenómeno trans, hay más militancia y opinión que análisis ponderado de la situación y de las consecuencias favorables y desfavorables de una temprana intervención para reasignar sexo.  En Quillette, Lisa Marchiano plantea la necesidad de comprender las causas del aparente incremento de personas que desean una de-transición que las resitúe en su sexo original.